Todos los días estamos aprendiendo cosas. Ya sea a través de la educación: escuela, universidad, cursos, libros o; a través de las personas cuando nos trasmiten sus enseñanzas.
Cualquiera que sea la forma en la que aprendemos, debemos siempre llevarlo a la práctica. Porque, de qué sirve aprender una lección teórica, si no buscamos la manera de comprobarlo.
Es necesario que, siempre estemos aplicando a nuestras vidas todo lo nuevo que aprendemos. Así, el aprendizaje será puesto a prueba y quedará grabado de forma sólida en nosotros.
Y ya Albert Einstein lo había puesto así: “El aprendizaje es experiencia, todo lo demás es información”. Pues todo el tiempo estamos acumulando información que, se queda muchas de las veces en un rincón de nuestro cerebro, sólo como teoría.
Un ejemplo muy claro es, cuando estamos leyendo un libro que nos parece muy interesante. Ahí encontramos algo que puede ayudarnos a mejorar nuestra productividad, pero no nos atrevemos a usarlo.
Pasará simplemente a ser información como dice Albert Einstein. Pero si, por el contrario te animas a aplicar las nuevas ideas, te harás una persona más productiva.
Y así en muchas cosas, nos estamos perdiendo de ganar tanta experiencia que bien podría ser muy útil para resolver los problemas cotidianos de todos los días.
Te propongo que, siempre que aprendas algo nuevo, busques la manera de usar esta nueva información y la conviertas en experiencia, pues siempre será más valiosa esta última frente a la teoría.
Y recuerda, si deseas saber más, te sugiero leer mis libros, donde encontrarás más reflexiones para elevar tu aprendizaje espiritual.
Imagen destacada de Bruce Mars en Unsplash