Las palabras de Dios son verdaderas, son luz, guían nuestro camino. Existe un puente entre lo que pensamos y lo que realmente queremos.
Necesitamos entrenar nuestra mente para pensar de forma adecuada. Puede ser complicado pero es necesario.
Caso contrario ella nos dominará a nosotros. La mente es como una flor.
Cuando recibe atención y cuidado, saca lo mejor que hay en ella, pero cuando es desatendida, se marchita enseguida.
Es responsabilidad de nosotros cultivar una mente sana con palabras agradables.
¿O acaso te gusta cuando alguien de afuera te dice cosas negativas? Entonces, porque te las dices tú mismo.
Eres un ser poderoso capaz de cambiar tu realidad actual y crear una nueva. ¡Adelante, tú puedes hacerlo!
Y recuerda, si deseas saber más, te sugiero leer mis libros, donde encontrarás más reflexiones para elevar tu aprendizaje espiritual.