Las consecuencias son tarea de Dios.
Nosotros sólo debemos preocuparnos por vivir el día, practicando los más buenos sentimientos.
El camino es incierto y lo único seguro es este momento.
Nuestra mente debe estar abierta y no limitada a un reducido número de conocimientos.
Y recuerda, si deseas saber más, te sugiero leer mis libros, donde encontrarás más reflexiones para elevar tu aprendizaje espiritual.