Muy a menudo hacemos responsables a los demás de todo lo que nos pasa. Sin darnos cuenta que nuestra situación actual es producto de nuestras decisiones diarias.
Los únicos culpables de nuestra realidad somos nosotros. Necesitamos aprender a ser responsables de nuestros actos y reconocer que todo lo que hacemos tiene influencia a nuestro alrededor.
Si algo no nos gusta, debemos cambiarlo nosotros. No esperar a que los demás lo hagan. Generalmente, nuestra esperanza está puesta en las personas que nos rodean.
Cuando debería ser al contrario, confiar en que nosotros podemos y debemos modificar nuestra vida. Esa es nuestra responsabilidad más grande.
Y ése es el ejemplo que se debe mostrar a otros. Así que no esperes que los demás cambien por ti, sino que más bien hazlo tú primero.
Define exactamente qué quieres y sal a conseguirlo y si no lo logras, no culpes a otros de que no lo lograste. Sin embargo, analiza qué sucedió. Mira los aciertos y los errores para aprender de ellos.
De esta manera, el enfoque está siendo sobre ti, no sobre los demás. Sé valiente en reconocer tus equivocaciones y actuar sobre ellas. Tu vida necesita de cambios como estos.
Martha Debayle, una reconocida emprendedora y comunicadora de México, dijo: “Si quieres tener lo que pocos tienen, debes hacer lo que pocos harían”.
¿Y tú que estás dispuesto a hacer para lograr tus objetivos? Porque sin duda, algo necesitas cambiar o mejorar para obtener lo que deseas. No inventes más excusas e inicia el cambio hoy, ¡tu vida lo vale!
Y recuerda, si deseas saber más, te sugiero leer mis libros, donde encontrarás más reflexiones para elevar tu aprendizaje espiritual.