Todos alguna vez hemos experimentado sensaciones de miedo que han llegado a dejarnos estáticos sin saber qué hacer.
Le damos tanta importancia al miedo que se vuelve parte de nosotros y empezamos a obedecerlo sin antes reflexionar sobre ello.
A veces la mayor parte de nuestras decisiones están hechas o basadas en este factor que, durante siglos el ser humano ha utilizado para la supervivencia.
Pues sí, este elemento era muy importante en los tiempos prehistóricos, ya que ayudaba a mantener a salvo a las personas, ante situaciones arriesgadas o peligrosas.
Actualmente estamos viviendo otro tipo de situaciones que para nada se comparan con los tiempos de antes. Es por eso que ahí el miedo era justificado.
Por lo general, el miedo aparece ante situaciones desconocidas: un nuevo trabajo, una nueva carrera, una nueva etapa de vida, una nueva relación.
Es decir cualquier cosa que resulte nueva para nosotros y ante la que nos sintamos incómodos.
Y la razón científica de esto, proviene de que las cosas familiares, aquello que ya conocemos, hace que gastemos menos energía en nuestro cerebro y nos sintamos alegres, en paz, seguros y en armonía.
En cambio, las situaciones desconocidas, hacen que nuestro cerebro inmediatamente empiece a generar pensamientos sobre cómo lidiar con las nuevas situaciones y por ende, nos sentimos estresados, preocupados, inseguros e inquietos; la energía que se gasta es mayor.
Entonces lo que está haciendo nuestro cerebro es protegernos y mantenernos en una situación de comodidad, precisamente para mantenernos a salvo.
Sentir miedo no está mal, lo malo es cuando permitimos que nos paralice.
Por ello, de forma breve te sugiero estos consejos que, pueden ayudarte cuando te encuentres ante este tipo de situación:
1. Piensa positivo: Recuerda que antes de los hechos, existen los pensamientos. Todo aquello que pones en tu mente, resulta en tu vida como algo verdadero.
Pues el cerebro siempre buscará darte la razón para evitar el gasto de energía. Entonces aquello en lo que crees, de esa misma forma se manifestará en tu vida.
Cuando sientas miedo, vigila tus pensamientos e inmediatamente dales la vuelta. Esta técnica funciona de forma muy efectiva.
2. Familiariza tu entorno: Empieza a familiarizarte con aquellas situaciones que son desconocidas para ti y que te den miedo.
Por ejemplo si una persona sintiera miedo de viajar en avión, podría empezar a leer cosas sobre los aviones, sobre la seguridad en los aviones, conversar con personas que viajan con frecuencia, etc.
De esta forma la información que antes era desconocida, ahora se hará familiar con la información en tu cerebro y ya el miedo irá disminuyendo.
3. Busca superarte: Plantéate hacer cosas incómodas con cierta frecuencia. Así irás adquiriendo el hábito de estar siempre un paso adelante del miedo.
También forjas tu carácter y las situaciones que consideras arriesgadas, las enfrentarás con más facilidad.
4. Pasa a la acción: Simplemente deja de pensar tanto y da ese paso que no te animas a dar. Lo difícil es decidir empezar. Pero a partir de ahí, te irás adaptando y tomarás el control de la situación.
Somos muy buenos inventando excusas antes de dar un gran paso, y no nos damos cuenta que estamos cayendo en un estancamiento por culpa del miedo.
No dejes que el miedo te paralice y busca una motivación que te ayude a atreverte.
Todos tenemos un sueño que deseamos alcanzar, pero sin una motivación, el miedo nos ganará la partida. Hazlo por ti y verás que el esfuerzo vale la pena.
Y recuerda, si deseas saber más, te sugiero leer mis libros, donde encontrarás más reflexiones para elevar tu aprendizaje espiritual.
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